Ya hacía tiempo que la infantería de Cadia no era protagonista en las derruidas calles de Statingraöd, así que he cogido a un infante, lo he equipado con un arma pesada, un pedazo de lanzallamas, y me he dicho: ¡adelante, fuego a discreción!
Como siempre lo he suplementado, a la altura de la cintura, con un par de milímetros adicionales para mejorar la proporción de las figuras de Workshop, que parecen un poquito achaparradas. Un par de láminas de Evergreen solucionan el problema. Tan sólo hay que pegarlas, trabajarlas un poquito con el cúter y aplicar un poco de masilla para igualar con el resto de la figura.
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Respecto a la peana me he limitado a coger unos restos de un Tigre alemán, de esos que salían en quiosco por entregas, y añadirle roña variada. Para estas figuras de infantes de Cadia tengo la costumbre de situarlos sobre la base de juego de las miniaturas y esta, a su vez, en una peana redonda de Andrea sobre la que coloco la decoración.
Esta será la quinta, si no me equivoco, de las figuras sobre la infantería de Cadia en Statingraöd. A las cuatro anteriores también les dediqué en su día una entrada que podéis ver en los siguientes enlaces: uno, dos, tres, cuatro.
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Respecto a la pintura sólo decir que la abordaremos otro día. Así que, hasta entonces, seguid disfrutando de las fiestas navideñas. Un saludo a todos.
1 comentario:
Eres un MÁQUINAAA !!!
Ni en Navidades paras chavalote !!! jejeje
Muy lograda sí señor. El Chorro del lanzallamas una vez pintado
puede quedar chulo-chulo.
Espero pronto la fase de pintura.
Abrazotes.JM.
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