Dejémonos de preámbulos y vamos con la pintura del jefe celta. Lo primero que ataqué fue el escudo. Tenía varios diseños en mente de entre los cuales los más considerados fueron estos dos:
Sin embargo, este fue el elegido, o mejor dicho una simplificación del mismo.
Empecé pintando el escudo de rojo oscuro, con sus correspondientes luces y sombras.
Con una plantilla trace los círculos de partida y después, ya con el pincel, empecé con el dibujo.
En primer lugar tracé todas las líneas rectas sin importar demasiado cual iba a ser su posición final en el dibujo. Se trataba tan sólo de conocer su situación, de hacer una guía para la pintura.
Una vez colocadas las lineas les di grosor y las pinté de forma sólida, sin importar dónde se superponían unas a otras.
Aquí ya tenemos todas las lineas convenientemente trazadas. Sólo resta darle un poco de luces y sombras a las mismas.
Y aquí el escudo terminado.
Hasta pronto.
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